Amor mío,
caminamos tomados de las manos
como dos raíces desnudas
que buscan enterrarse
una en la otra.
El mar canta…
canta tu nombre, amor,
y las olas muerden la arena
como tus labios muerden los míos
cuando la tarde se tiñe
de un rojo que arde.
Tus ojos,
ay, tus ojos…
son dos soles abiertos
que beben de mi boca,
y en ese mirar profundo
se me rompen los miedos,
y se me enciende la sangre.
Mis dedos te buscan,
te recorren como la brisa
roza la piel salada del agua,
y en cada caricia, amor,
se me escapa un suspiro,
y quiero que te quedes
atado a mi pecho
como un pez enamorado
de su ola.
Bésame, amor mío,
bésame como besa la espuma,
como besan los lirios dormidos,
bésame los ojos,
las manos,
el alma…
y deja que esta playa
se haga testigo
de lo que mi voz calla
y mi piel grita.
Que esta orilla,
que esta arena,
guarde la memoria
de nuestras huellas,
de nuestros cuerpos,
de este amor tan mío,
tan tuyo,
tan de los dos
que parece inventado
por la misma luna
queriendo abrazar al sol.